Las cualidades que traes del pasado,
probablemente de una vida anterior,
y relacionadas con la Misión o el Propósito del Alma, son:
Equilibrio, Justicia, Equidad, Armonía, Tolerancia, Diplomacia,
Sentido Estético y Adaptabilidad.
Así pues,
tienes un talento especial para el trato con los demás
y normalmente, como persona, te mostrarás simpática,
cortés, agradable, armoniosa, sociable, justa, respetuosa y dispuesta a cooperar.
En otros casos,
cuando aspectos más bajos de nuestra personalidad toman el mando,
cuando el miedo guía nuestras acciones,
quizá también te muestres con esta amistosidad y diplomacia,
pero no serás de fiar.
Las capacidades que traes para ver el punto de vista de otras personas,
para ponernos en su lugar y no imponer nuestra voluntad,
para considerar cualquier situación desde todos los puntos de vista posibles,
en suma,
para equilibrar y armonizar los opuestos en complementarios,
a menudo implican dificultades para tomar decisiones y tendencia a transigir
haciendo más concesiones de las aconsejables
para tu equilibrio emocional.
En todo caso,
la toma de decisiones se hará más fácil
si contamos con un alto Sistema de Valores e Ideales
que nos sirvan como punto de referencia y orientación en todas nuestras relaciones.
Motivada por la búsqueda de paz y armonía que disfrutaste en tu anterior vida,
muchas veces te encontrarás en medio,
entre dos situaciones o personas en conflicto.
Como dice la canción,
“si naces martillo, del cielo te caen los clavos”.
Es decir,
si naces con esas potencias o cualidades descritas,
¿qué te puede traer la vida para que las uses aprendiendo con ellas?
Frente al Ascendente Libra está Aries,
su opuesto aunque también complementario.
Encuentros con personas que te dejan bien claro, a golpes o a gritos si hace falta,
lo que quieren, lo que les gusta y lo que les da la gana decir o hacer.
Bueno,
pues esto, en su justa medida,
es lo que tienes que aprender de esas personas
que de ti aprenderán con suerte lo contrario.
Esta es la grandeza de este eje astrológico Aries-Libra,
que no hay que ponerse por encima ni por debajo,
que lo de uno es tan importante como lo del otro, ni más ni tampoco menos,
que 2 unos en realidad no suman Dos si dejan de ser Unos, etc.
Tu campo de trabajo, las relaciones con los demás;
el peligro,
que no desarrolles tu individualidad por dejarte llevar,
que tu sensación de bienestar, armonía y paz interna,
pasen a depender casi por completo de personas allegadas,
Padres, novi@s y amig@s principalmente.
Claro,
cuando ésto es así,
las frustraciones y sufrimientos son de esperar
cada vez que no encontremos a nadie con quien armonizar de pies a cabeza,
cuando nos parece descubrir que hemos estado dando miel acaso a un asno,
o cuando todos nuestros sueños y esperanzas respecto a alguien se han ido al garete.
Con el tiempo,
una vez asumida la Filosofía de vida o Sistema de Valores adecuado,
abres caminos cambiando indecisiones por iniciativas,
aprendes a dejarte influenciar lo Justo,
aprendes que eres única, singular e individual,
aprendes a ser Tú misma,
a situarte en el Fiel de la Balanza y no en uno o en otro platillo,
a desarrollar una personalidad individualizada y a ejercer “Tu” Voluntad
pese a carros y a carretas.
Sólo desde este Punto
--Filosofía, Sistema, Fiel de la Balanza—
se puede salir al mundo y “luchar” por el Amor, por la Paz y por la Justicia,
en lo personal como en lo social.
Vienes con un sentido intuitivo de lo que es justo en todas las áreas de la vida, especialmente en el de las relaciones personales,
y puedes reconocer los errores del mundo causados por el egoísmo humano.
Estás aquí para enseñar a los demás a respetar y a compartir,
para encontrar formas y caminos de aportar mayor armonía,
justicia o belleza al mundo.
El equilibrio en una relación de tú a tú es una línea muy fina entre el dar y el recibir,
y la mayoría de las personas con las que entras en contacto
están apegadas a lo uno o a lo otro,
pero tan desequilibrante e injusto puede ser pasarse de la raya
por un lado que por el otro.
También nos enseñas a sumar a partir del 1, no del medio ni del tres cuartos,
el valor de asociarse,
formar equipo y compartir sin perder la identidad personal,
más bien aportando cada uno la suya.
Y es que si nos hacemos excesivamente dependientes acomodados a una relación
y no nos comprometemos a aprender y crecer por nosotros mismos,
entonces no tenemos nada que aportar a la relación,
con lo que a ver qué vamos a compartir para crecer.
Las relaciones de Amistad,
la contemplación de la Belleza y la Música,
repercuten muy favorablemente en tu Equilibrio y Paz interna.